miércoles, 12 de diciembre de 2007

Cada día es un nuevo desafío y una nueva aventura para los alumnos

La historia del curso comenzó en el pequeño recinto de Alcántara, un colegio formado por solo 15 alumnos. Al principio, el curso estaba constituido por Jael, Rafi, Josi, Leah, Stefan y Taly. Después, para la alegría de todos, el Miguelito se integró, y luego lo hizo Marcel.

Mr. Epstein era el director del colegio y su esposa, la Morah Judith, fue por un par de años la profesora de Estudios Judaicos.

Los alumnos de este pequeño gran colegio partían todos los martes después de Tefilá al Estadio Israelita a hacer natación, donde se divertían muchísimo.

Este grupo tuvo a cuatro grandes Morot que nunca olvidarán, a Miss Mary, Morah Tammy, Morah Elisa y Morah Rosita.

Al pasar a tercero básico, nos abrieron las puertas de un enorme colegio, con una verde cancha de fútbol, donde solo se veían muchas caras llenas de emoción y curiosidad. El curso era pequeño, pero ese año hubo un gran cambio, entraron cuatro niñas y un niño al curso. La cara de asombro de los alumnos era indiscutible. La carita llena de pecas, con una tierna sonrisa y un rubio pelo liso, nos sorprendió a todos diciendo “Hola, me llamo Melanie, pero todos me dicen Meli”. Luego, entró una niña con un ondulado pelo color oro, y que con sus ojitos calipso dejó a todos con la boca abierta: la Ronit. La puerta se volvió a abrir y una sonrisa se formó en la cara de todos los hombres del curso, entró un niño con unos enormes ojos celestes, listo para conocer a sus nuevos compañeros: el Ian. Ese mismo año tuvimos a la Morah Claudia Cordano como Profesora Jefe y al Rav Uri Portal como profesor de Estudios Judaicos.

En cuarto Básico tuvimos el agrado de conocer a un tierno niño con unos perfectos rulitos dorados: el Mauri. Tuvimos a la maravillosa Morah Tammy como profesora de Estudios Judaicos, a quien simplemente no podíamos querer más, y a la Morah Maria Isabel como Profesora Jefe, con quien pasamos millones de aventuras.

En quinto el Rab Tzvi Hager nos sorprendió con su increíble sentido del humor y su impresionante tranquilidad bajo cualquier circunstancia. Por ejemplo, cuando el Marcelito quedó literalmente colgado cabeza abajo, él no dijo nada más que “Get down from there”. Y así, día a día, vivíamos nuevas y entretenidas aventuras, hasta que pasamos a sexto básico, donde tuvimos a la Morah Patricia Proromant como Profesora Jefe y a la Morah Miriam Ghoori, con quien aprendimos mucho de Torah. Los hombres tuvieron a Rav Tzvi nuevamente.

Luego pasamos a séptimo y tuvimos nuevamente a la Morah Patricia Proromant como Profesora Jefe, y los hombres tuvieron con los hombres de 1ro medio el primer semestre en Judaic Studies con el Rabv Yechiel Weisz, pero por la “increíble” conducta de nuestros compañeros en clases, los tuvieron que separar. Las mujeres del curso tuvimos a nadie más ni nadie menos que el padre del Director del colegio, el Dr. Horowitz. Con él aprendimos muchísimo y recibimos muchos chocolatitos y regalitos a lo largo del año. También tuvimos el placer de tener a la Morah Chana para Halajá.

Y así pasamos a octavo, un año maravilloso, en el cual tuvimos a la Morah Patty Paz como Profesora Jefe, a la Morah Chana y a la Morah Debbie, y los hombres, al Rab Matías. Este año se integró al curso el Felipe, con quien inmediatamente establecimos lazos de amistad y quien día a día tiene algo nuevo para enseñarnos. Y así de rápido nos encontramos en el fin de octavo básico, pero este año no solamente nos graduamos y pasamos a la Educación Media, sino que mucho más que eso. Han sido 8 años de básica, 8 años de estudio, 8 años de amistad, 8 años de compañerismo, 8 años de lecciones, 8 años de errores, pero también 8 años de correcciones, 8 años de felicidades y risas, 8 años de aventuras, 8 años de unión, 8 años de ser Nosotros, un curso completo y lleno. Un curso casi perfecto.

El próximo año nos separamos, nos dividimos en dos. Los hombres se van de nuestra sala y nosotras de la suya, pero esto no significa que nos dejaremos de hablar ni mucho menos. Los amigos son amigos por siempre y las amigas también. Una pared entre nuestras salas no separara nuestra amistad...

No puedo dejar de agradecer a todos aquellos profesores que nos hicieron clases durante estos 8 largos años, ni tampoco olvidar a compañeros que en alguna etapa de nuestra educación básica fueron parte de nuestro curso. Ellos son: Ariel Benayoun, Agustina Schnitman, Noam Heller, Jaya Rivka Coffman, Daniela Schwartz, Samantha, y Alejandra Fishman.

Los quiere Mucho, su compañera y amiga,


Denisse Dukes.

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